Aun teniendo algo así como un «final feliz», la noticia sobre el intento de suicidio de la cantante Sinéad O’Connor ha dado la vuelta al mundo en un abrir y cerrar de ojos. Aunque no podía haber sido de otra forma, ya que el anuncio lo hizo la propia Sinéad a través de su página de Facebook. La cantante, tras haber cancelado su gira a principios de año por los graves problemas de salud de su hijo y tras haberse tenido que someter a una histerectomía el pasado 26 de agosto, ayer publicaba un mensaje en Facebook en el que hablaba de su dura situación familiar y en el que avisaba de que «había tomado una sobredosis», diciendo como único detalle que se encontraba «en un hotel, en algún lugar de Irlanda, con otro nombre».
En el mensaje no duda de apuntar a su familia como una de las causas principales de lo ocurrido: «Las dos últimas noches han acabado conmigo. He tomado una sobredosis. No queda otra para conseguir el respeto. No estoy en casa, me encuentro en un hotel, en algún lugar de Irlanda, con otro nombre (…). Si no publico esto, mis hijos y mi familia ni siquiera se enterarían. Podría llevar muerta semanas sin que lo supieran». Horas más tarde, un portavoz de la policía irlandesa avisó de que la cantante había sido «localizada por las fuerzas de seguridad» y que recibió atención médica.
O’Connor ya venía publicando en su página de Facebook mensajes desesperados en los que contaba lo mal que su familia se estaba portando con ella, negando sus exparejas la posibilidad de ver a sus hijos a causa de su depresión, pidiendo trabajo urgente, un lugar nuevo donde de vivir «con gente feliz» y hasta preguntando por «habitaciones», ya que «acababa de descubrir que ella no es una persona hecha para vivir sola».