El pasado sábado día 23 de julio se han cumplido cinco años del fallecimiento de una de las estrellas más brillantes del panorama musical de la primera década del siglo XXI.
Cinco años después hay muchos detalles que todavía no se conocen…o no se han hecho públicos. En su entorno no se habla de suicidio. Tampoco sabemos si estaba moderando y controlando su afición al alcohol y a las drogas.
Amy tomaba demasiadas cosas. El vodka ante todo, pero mezclado con todo tipo de sustancias nocivas para la salud de cualquiera. El éxtasis, cocaína y heroína, entre otras cosas. No soportaba muchas cosas que la rodeaban, ni siqiuera su creciente y arrollador éxito. Y la droga era lo que la ayudaba a seguir, a soportar la fama.
Algunos años antes de su muerte en 2011, un doctor afirmó que tenía enfisema pulmonar, sobre todo a causa de sus excesos. Ella se asustó y comenzó a poner remedio. Poco después se supo que padecía una infecciónen sus pulmones.
¿Pudo ser su muerte un suicidio? Parece bastante descartable, entre otras cosas porque justo en los días previos a su fallecimiento el amor había entrado en su vida. Reg Traviss, un cineasta no demasiado conocido había puesto la ilusión en el corazón de la diva. Había planes de boda. También hay quien dice que había una ruptura, e incluso mucha presión de su ex-marido, Blake Fielder-Civil desde la prisión donde se encontraba.
La última vez que su seguidores la vieron fue el jueves 21 de julio, dos días antes de su fallecimiento, apoyando a su sobrina en un evento musical. Sin embargo, su despedida no pudo ser de peor forma. Apenas pudo cantar cuando la animaron a hacerlo.
Días después de su muerte, los forenses dictaminaron que había fallecido por intoxicación etílica.
Fuente imagen:alatintamagazine.com