Morrissey había comenzado su presentación en el Liverpool Echo Arena el día de ayer interpretando “this charming man” de los Smiths. Cuando se encontraba a la mitad de su segundo tema, “black cloud”, la música se detuvo intempestivamente: él dijo ‘adiós’ y se marchó del escenario.
¿Qué fue lo que sucedió? Pues que una persona del público le tiró una bebida, la misma que impactó en la parte lateral de su cabeza: el show fue suspendido por más de 15 minutos mientras la concurrencia coreaba su nombre. Poco tiempo después, un miembro de su equipo salió a dar la cara y anunció que el cantante no regresaría.
También ofreció un reembolso a todos los asistentes.
Esta leyenda de Manchester continuará con su agenda de conciertos el día de mañana en una ciudad holandesa: hasta donde se sabe, lo sucedido en Liverpool no tendrá ninguna repercusión.
Vía | NME